Teoría de la Regulación
Esta teoría representó un esfuerzo orientado a terminar con la regulación pública de la economía. Al mismo tiempo, la lógica de sus argumentos tuvo un efecto dinamizador respecto del análisis económico, que se vio
obligado a afinar los fundamentos de la regulación.
El contexto general en el que se desarrolló esta teoría fue en un ambiente de amplia intervención pública en la economía, en donde el análisis económico se planteó en el tema de cómo era posible transitar de las preferencias individuales a las preferencias sociales de manera de fundar una política estatal.
El sistema democrático, y específicamente la votación, aparece como un mecanismo donde cada individuo entrega su opinión sobre la voluntad general. Es así como la teoría económica de la regulación supone que el funcionario público opera de una manera éticamente neutral y que su empeño en la vida es implementar los valores de los otros ciudadanos dados por alguna regla de toma de decisiones colectiva.
Cuatro fuentes de fallas del Mercado:
- Externalidades y bienes públicos.
- Derivada de los rendimientos decrecientes.
- Precios y los tipos de interés no indican la escasez relativa y los costos de oportunidad, cuando los consumidores no tienen un acceso igual a la información sobre productos y mercados, cuando la información sobre las oportunidades del mercado y la tecnología de la producción no está disponible por igual a todos los productores o cuando los factores de producción presentan limitaciones de movilidad, la asignación de recursos no será eficiente y, en consecuencia, la economía producirá por debajo de su capacidad.
- Desviaciones respecto de la justicia distributiva.
Objetivos de la Teoría de la Regulación
- Mejorar la eficiencia en la asignación de los recursos
- Regulación por tasa de retorno: fijar precios que garanticen a la empresa ingresos suficientes para cubrir los costos de operación observados y la depreciación, y además obtener un retorno sobre sus inversiones
La etapa de 1945 y 1970 se caracterizó por un crecimiento acelerado y alta prosperidad en los países desarrollados. el sistema regulatorio trabajó bastante bien en Estados Unidos y la propiedad pública sobre importantes industrias en Europa generó también resultados positivos. La situación empezó a cambiar desde fines de la década de 1960, cuando los países industrializados enfrentaron importantes crisis. El fortalecimiento de la capacidad de negociación de los trabajadores en un contexto de pleno empleo, el deterioro del desempeño económico global y los problemas fiscales llevaron al colapso de los arreglos corporativistas establecidos luego de la guerra.
En el caso de los países subdesarrollados, según el Banco Mundial, dos razones principales pusieron en cuestión este modelo:
- Crecimiento de una clase empresarial, la ampliación de los mercados y la reducción de los costos de transacción, resultados todos de la propia política pública, disminuyeron la necesidad de un involucramiento productivo directo e indirecto por parte del estado y, con ello, el dinamismo del mercado, el activismo regulatorio y de política empezó a ser asociado en muchos países con la protección de las empresas dominantes, frente a los desafíos de los nuevos entrantes. El comportamiento rentista empezó a ser estimulado por los instrumentos de protección, promoción y regulación. El estado aparecía capturado por sus propias creaciones.
- Rápido progreso tecnológico, la globalización de la economía y el aumento del valor de la información implicaron que la situación competitiva de las firmas y países empezara a estar determinada por su habilidad para responder con rapidez a las tendencias tecnológicas y de los mercados. Sistemas regulatorios intrusos, agencias gubernamentales y regulaciones y normas opacas son fundamentalmente incompatibles con ambientes de mercado competitivos y abiertos.
Algunas críticas a esta teoría
La crítica de la regulación tradicional fue, en primer lugar, política. Stigler denunció la regulación como el uso en su propio beneficio, por parte de la industria, del poder de coerción del estado.
El gobierno es una organización dirigida por individuos que persiguen su interés personal (políticos que buscan su reelección y burócratas que persiguen mayor poder y salarios). Así mismo, es influido (capturado)
por grupos de interés, lo que tiene como consecuencia que las políticas que se implementan sirven a dichos grupos y no al interés público; y aun cuando se suponga que los gobiernos buscan efectivamente el interés público, ellos no tienen la capacidad para hacerlo, pues el diseño de política y su implementación son costosos y pueden traer consecuencias dañinas no esperadas, como la utilización de recursos en actividades improductivas.
Stigler pone en cuestión la idea básica de que la regulación y, más en general, el intervencionismo estatal, están orientados necesariamente por la consecución del interés común.
Peltzman y Becker proponen modelos que permiten analizar los determinantes del comportamiento de los reguladores y de los grupos de interés.
Posner deja en evidencia que la lucha por el monopolio y los gastos en los que deben incurrir los aspirantes a las franquicias públicas pueden derivar en que el monopolio regulado presente mayores costos sociales que el monopolio desregulado.
Demsetz prueba, que existen alternativas a la regulación; en particular, en condiciones de economías de escala en las que resulta más eficiente que exista un solo productor; la opción de la competencia por el mercado puede derivar en un desempeño más eficiente de esos mercados. El mecanismo de subastas reemplazará la regulación.
Baumol destaca la posibilidad de que los mercados puedan funcionar eficientemente aun en contexto de alta concentración, releva el papel de la política pública en la eliminación de las barreras de entrada y plantea requisitos más exigentes para que la política pública reemplace de manera más eficiente a la operación de los mercados.
Es así como se proponen dos grandes visiones alternativas de la regulación:
- La regulación se instituye básicamente para la protección y beneficio del público en general
- El proceso político desafía la explicación racional: “lo político” es un imponderable, una mezcla constante y cambiante de fuerzas de naturaleza muy diversa, con actos de gran virtud moral y de la
más vulgar venalidad.
Por otra parte, la teoría de la regulación desarrolló un análisis que sostenía que la operación del mercado, pese a sus presuntas fallas, podía operar con menores costos que los monopolios regulados. Incluso aceptando la existencia (discutible) de monopolio natural, no cabía sostener la necesidad de regulación, pues era posible hacer competir a los interesados en prestar el servicio “por el mercado” mediante el mecanismo de subastas.
Posner reconoce que el monopolio que se alcanza por recortes de costos o precios o por innovación puede originar beneficios sociales mayores que los recursos empleados.o. La conclusión básica es que cuanto mayor sea el ingreso por ventas de la industria al nivel competitivo de precios y mayor sea el aumento porcentual del precio sobre el nivel de competencia, más altos tenderán a ser los costos sociales del monopolio.
Demsetz reconoce, sin embargo, que la regulación se ha considerado necesaria
por los inconvenientes de la competencia, así el autor sostiene que la regulación puede ser explicada por no haberse asignado un precio correcto al uso de recursos escasos. La única justificación de la regulación en este aspecto puede ser que el uso del sistema de mercado pueda resultar más caro que la regulación. No obstante, la subasta de una franquicia resolvería el problema.
Más recientemente surge lo que Laffont y Tirole han denominado la nueva economía regulatoria. Centrando su atención en el tema de los incentivos como instrumento para superar los problemas que los desarrollos tradicionales habían enfrentado, se proponen reformular la teoría tradicional de la regulación sobre la base de la teoría del agente-principal, de manera de incluir en los modelos la descripción completa de los objetivos del regulador y de la empresa regulada, las estructuras de información, los instrumentos y las restricciones.
Teoría del agente - principal
La relación de agencia entre dos partes surge, según el autor mencionado, cuando una de ellas, designada como el agente, actúa para, o en nombre de, o como representante de la otra, designada como el principal, en un campo particular de problemas de decisión. Se preocupa de la manera como un regulador, el principal, puede diseñar un sistema de compensaciones que incentiva a la empresa regulada, el agente, a actuar de acuerdo con los intereses del principal. Por consiguiente, un problema de incentivos surge cuando un principal quiere delegar una tarea en un agente.
Competencia y Regulación
Más allá de los matices en el debate, el reconocimiento de los problemas y costos de la regulación llevó a la convicción de que resultaba más eficiente la competencia que la regulación pública. Por lo tanto, se consideró que entre los objetivos de la regulación estaba la generación de condiciones de competencia para
terminar, en algún momento, con la regulación.
Como conclusión, los autores destacan que las características de las políticas reguladoras óptimas varían, sustancialmente, de acuerdo con la naturaleza de la información privada de las empresas y su tecnología.
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